No hay dudas de que las playas de Copacabana no volverán a ser las mismas por lo sucedido en el día de ayer, donde la reconocida “Reina del Pop”, Madonna, dio un espectáculo libre y gratuito, que se ubicó dentro de los recitales más épicos que se realizaron en Brasil.
Este espectáculo fue el último de su gira “The Celebration Tour”, que había comenzado en octubre del 2023 en Londres. Además de movilizar a cantidades masivas de personas, impactó fuertemente en la economía del país vecino, donde se percibieron incrementos en las reservas de hoteles y alquileres temporarios.
Los artistas que acompañaron a Madonna
La diva no se quedó atrás en materia de invitados e incluyó a varios artistas en su histórico espectáculo. El famoso DJ y compositor Diplo fue quien se encargó de la previa del concierto, donde encendió e hizo bailar a los concurrentes con una recopilación de “funks” brasileños.
Ya comenzado el show, la aparición de la cantautora y bailarina brasileña, Anitta, tomó por sorpresa al público. La cantante se desempeñó como jurado en un concurso de baile “vogue”, donde diferentes bailarines, entre ellos las hija de Madonna, Estere, compitieron por el premio al mejor baile.
La Reina del Pop también incluyó un homenaje al conocido “Rey del Pop”, Michael Jackson, en un video que se transmitió por pantalla, donde se ven las siluetas bailando sus hits.
Polémicas por el financiamiento del show
El histórico evento no estuvo exento de polémicas generadas alrededor del financiamiento del show. En la red social “X” (ex Twitter) hubo numerosas acusaciones contra el gobierno brasileño, denunciando que éste había costeado el espectáculo con fondos públicos.
Ante tal revuelo, el ministro jefe de la Secretaria de Comunicación Social de Brasil, Paulo Pimenta, salió a desmentir las acusaciones, aclarando que “Madonna no recibió dinero del gobierno Federal” y mostrándose indignado por “la cantidad de fake news” que intentaban atacar la imagen del gobierno. El ministro también expresó que el recital fue sponsoreado por empresas privadas, con la asistencia del gobierno de Rio de Janeiro y la prefectura de la ciudad.