La crisis social y económica que atraviesan los argentinos se agrava considerablemente. Desde un tiempo a esta parte, son cada vez más las personas que asisten a comedores y merenderos por un plato de comida, tal vez, el único en el día.
Esta situación genera preocupación en las personas responsables de esos lugares, ya que no dan abasto con la cantidad de comida para alimentar a las personas que se acercan. Ya no resulta novedoso que, continuamente, los merenderos de la ciudad soliciten la colaboración de los barilochenses para poder continuar ayudando a quienes más lo necesitan.
La falta de ayuda del Estado se acrecentó durante estos últimos meses. Sin embargo, esto no sucede porque haya desabastecimiento de alimentos en el Estado, sino meramente por una decisión política.
Y así lo hizo saber el vocero presidencial, Manuel Adorni, esta mañana en su habitual conferencia de prensa. El Gobierno tiene guardados más de cinco millones de kilos de alimentos que fueron comprados por la administración de Alberto Fernández.
En este sentido, Adorni explicó que el Ejecutivo habría tomado la decisión de no suministrarla, argumentando que la comida iba a ser entregada a “comedores comunitarios truchos”.
También aseguró que los productos permanecen guardados desde 2023 en depósitos del entonces Ministerio de Desarrollo Social, ubicados en la localidad bonaerense de Villa Martelli y en la provincia de Tucumán.
“Están ahí porque, por las auditorías que hizo la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, se descubrió que, efectivamente, un buen porcentaje de los comedores eran truchos, no existían o no tenían la cantidad de gente que decían tener”, reveló Adorni.
A modo de excusa, Adorni sostuvo que los alimentos “se van a entregar” especialmente los que están más próximos a vencer. Sin embargo, no confirmó cuándo o cómo se hará la distribución de los productos.
“Lamentamos enormemente que la administración anterior haya tenido este esquema de comedores truchos. Nos da mucha pena esa presunción de que cuando uno va a un comedor, donde, supuestamente, se repartía alimentos, este no exista. Es una pena enorme”, justificó.
Esta situación ha llevado a que los comedores y merenderos busquen otras formas de sustento para garantizar la entrega de comidas como, por ejemplo, realizar venta de rifas o solicitar donaciones. En cambio, otros comedores han tenido que cerrar ante la imposibilidad de brindar alimentación.