El presidente Javier Milei otra vez provocó una polémica, ahora fue por sus declaraciones en apoyo a un streamer español llamado Vito Quiles en una crítica al presidente del gobierno de aquel país, Pedro Sánchez. Pero el libertario lo hizo atacando (de paso) a periodistas locales como Marcelo Longobardi, Jorge Lanata, Luis Novaresio y Ernesto Tenembaum.
EL MENSAJE DE JAVIER MILEI
“Mi solidaridad con el periodista español @vitoquiles, quien está siendo perseguido por el gobierno de Pedro Sanchez luego de reportar que uno de sus ministros utilizó un auto oficial para ir a un recital de Taylor Swift.
Si un funcionario de nuestro gobierno quisiera meter preso a un periodista por dar una noticia, toda la progresía local, desde Tenembaum y Longobardi hasta Novaresio y Lanata, estaría llorando dictadura. Pero no. Como es un gobierno zurdo se hacen los distraídos. Al final son todos cómplices del socialismo autoritario“, decía el tuit de Javier Milei.
Este episodio está desatando una cadena de reacciones tanto a nivel nacional como internacional, incluyendo críticas desde Alemania.
En su próximo viaje Milei irá a Madrid para recibir un reconocimiento de la ultraderecha de Vox por su defensa de las ideas que ellos creen que son de libertad. De ahí irá a Hamburgo para recibir otro galardón, también de la ultraderecha alemana pro nazi y luego viajará a Berlín, donde mantendrá un encuentro con el canciller, Olaf Scholz, el próximo fin de semana.
Entre las respuestas destacadas, se encuentra la de Luis Novaresio, quien respondió con una reflexión sobre el ejercicio del periodismo y la libertad de expresión.
LA RESPUESTA DE LUIS NOVARESIO
“Tiene razón, presidente, cuando me achaca errores. Soy humanamente pasible a cometerlos. Tiene razón cuando me tilda de progresista. Soy fruto del “progreso social ascendente” de mi familia que creyó en el esfuerzo y el mérito. Tiene razón en reclamar libertad de expresión en España -y en todo el mundo, aquí también- cuando alguien pretende encarcelar a un ciudadano que se expresa, y en este caso hace política y supo ejercer el periodismo. Creo tener razón en defender siempre el ser respetuoso y no descalificar burlonamente al que piensa distinto. De paso, saludos a Lanata que sigue internado recuperándose“, fue el modo “pasivo agresivo” que eligió Novaresio para replicar.
La prensa española caracteriza a Vito Quiles como un pseudoperiodista y propagandista de ultraderecha, cuyas prácticas se alejan de la ética profesional. Esta controversia llevó a la Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP) a solicitar que se le retire el permiso para realizar actividades de prensa.
Las declaraciones de Milei no solo provocaron reacciones en España, sino que también fueron criticadas por Alemania. El portavoz alemán, Steffen Hebestreit, calificó las palabras de Milei como “claras y faltas de gusto“, señalando que no necesitaban mayor comentario debido a su evidente inapropiación.
EN MEDIO, LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN
Como puede leerse en su tuit, en medio de esta tormenta, Luis Novaresio, de La Nación Más, respondió a las acusaciones de Milei con esa carta reflexiva en donde “acepta”, con algo de sorna, las críticas del presidente, en cuanto a “posibles errores cometidos” y “su inclinación progresista”, la cual definió como el fruto del “progreso social ascendente” de su familia que creyó en el esfuerzo y el mérito. “Parece que le diera la razón como a los locos“, comentaron en redes, sobre el tono de la misiva pública del periodista de LN+.
Sin embargo, Novaresio también defendió firmemente la libertad de expresión y la necesidad de respetar a quienes piensan distinto sin descalificarlos burlonamente.
Con visitas planificadas a España, Alemania y la República Checa, Milei se prepara para recibir reconocimientos de grupos de ultraderecha, lo que probablemente seguirá generando debates y reacciones sobreactuadas en los medios y gobiernos afines al excéntrico mandatario libertario.
La respuesta de Luis Novaresio a las críticas de Javier Milei, aunque algo tibias tal su estilo característico, marcan una “increscendo” en la tensión entre el presidente junto a su séquito de aduladores con la prensa, inclusive aquella más permeable a ser castigada a diario por las explosivas declaraciones del mandatario, pero que hasta ahora se mantenían en un equilibrio ficticio para no herir susceptibilidades del actual y ocasional poder del régimen.