Fue una estruendosa derrota,
Perdi pero no va a parar el ajuste.
En una noche electoral que concluyó con un golpe despiadado para el oficialismo, la oposición peronista arrasó en la provincia de Buenos Aires, relegando a La Libertad Avanza a un papel secundario. Con alrededor del 47 % del voto a favor de Axel Kicillof frente al 34 % de la fuerza libertaria, el resultado no dejó lugar a dudas: fue una estruendosa derrota, mucho más dura de lo que se esperaba .
En el búnker oficial, el presidente Javier Milei salió a reconocer la derrota con un tono mixto de autocrítica y férrea reafirmación ideológica. “Hoy hemos tenido una clara derrota y hay que aceptarla”, admitió, antes de prometer un análisis profundo: “Vamos a corregir todo aquello en lo que nos hayamos equivocado” . Sin embargo, lejos de retroceder, Milei dejó clara su decisión de acelerar el modelo económico: “El rumbo no se modifica, se redobla”, insistió .
La reacción oficial no tardó en señalar culpables. Desde el núcleo más cercano al presidente, se cargó parte de la responsabilidad en la sobreexposición mediática de la figura de Milei y en errores de armado político, especialmente en la selección de candidatos locales . La presencia incómoda de los Menem y de algunos armadores como Sebastián Pareja con complicó la campaña: “No hubo jóvenes en el partido de los jóvenes”, se lamentaron en el entorno oficial .
En paralelo, y pese a la derrota, el presidente insistió en que el eje del modelo no cambiará ni un milímetro: mantendrá la contención fiscal, la apertura económica y la política de desregulación . Así, Milei busca convertir el revés bonaerense en un trampolín para la contienda nacional del 26 de octubre.