Lo del Trueno Verde es una verdadera demostración de carácter. Su deseo de pelear y su hambre de gloria pudo más que cualquier golpazo que recibiera. La meta estaba fijada desde que empezó la temporada, allá por enero, cuando los dirigentes tomaron la decisión de hacer una apuesta fuerte y continuar con el proceso de Gustavo Coleoni. Es cierto que fue el mejor equipo de la categoría durante el año, algo que supo reflejar al quedarse con el Torneo Apertura y al ser el líder de la tabla general anual. Sin embargo, el duro traspié que tuvo en la final de la B lo hizo tambalear: Talleres de Remedios de Escalada se quedó con el primer boleto a la PN y los de Los Polvorines debieron agachar la cabeza y enfocarse en el Reducido para ir en busca de lo ansiado.
San Miguel dejó en el camino a Deportivo Armenio y luego se enfrentó a un Mate durísimo. Tras el polémico 0-0 en la Barranca quilmeña, los hinchas del Trueno llenaron su cancha y le dieron un fuerte respaldo a los futbolistas. Ya en el terreno de juego, la visita comenzó mejor pero el gran centro de Peter Martínez Grance y el cabezazo de Rodrigo Díaz hicieron que fuera el local el que abriera el marcador.